Los niveles del principal gas de efecto invernadero en la atmósfera, el dióxido de carbono (CO2), alcanzaron en 2010 un nuevo máximo a pesar de la desaceleración económica en muchos países que afectaron a la producción industrial.
El CO2 medido en la estación noruega Zeppelin, en el archipiélago ártico de Svalbard, creció a una media de 393,71 partes por millón en la atmósfera durante las dos primeras semanas de marzo, ya que en el mismo periodo de 2009 se encontraba en 393,17 partes por millón, aumentando los años de incremento.
Más nivel de gases
"Mirando atrás sobre los datos que tenemos de Zeppelin desde finales de la década de los 80 parece que el incremento se está acelerando", señaló Joham Stroem, del Instituto Polar Noruego, en base a los datos recogidos con la Universidad de Estocolmo.
El aumento en las concentraciones, cercano al pico anual anterior a que la absorción de carbono de las plantas comenzara a crecer en la primavera del hemisferio norte, se mantuvo por debajo del crecimiento medio anual en unas dos partes por millón.
"Esto aún confirma el crecimiento", añadió Stroem a Reuters sobre los datos de las dos primeras semanas de marzo, ya que las concentraciones varían de semana a semana dependiendo del curso de los vientos del Ártico.
Las concentraciones han aumentado en mas de un tercio desde que la Revolución Industrial se basara en un uso más amplio de los combustibles fósiles. Un estudio de 2009 en el océano en África, indicaba que los niveles de carbón en la atmósfera tuvieron su máximo histórico hace 2,1 millones de años.
La crisis no afecta
La recesión en muchos países en 2009 no ha afectado aparentemente estos crecimientos. La Agencia Internacional de la Energía estimó en septiembre que las emisiones de dióxido de carbono podrían caer en un 2,6 por ciento en ese año debido al declive de la actividad industrial.
Así, las concentraciones pueden seguir aún creciendo desde que cada molécula de carbón emitida se mantiene en la atmósfera durante varios años. El Panel Intergubernamental de Cambio Climático de la ONU formado por científicos apunta a que estos aumentos pueden provocar más inundaciones, corrimientos de tierra, olas de calor, tormentas de arena así como el aumento del nivel del mar.
Según el director de investigación en el Instituto Polar Noruego, Kim Holmen, los datos parecen mostrar que se continuará emitiendo "como si no hubiera mañana".
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