martes, 26 de enero de 2010

El cambio climático y el agua


Por Abián González Bello

Hoy en día, el agua es un bien natural indispensable para el ser humano, pero en muchos lugares escasea de forma considerable y en muchos otros ni se encuentra.

El cambio climático afecta a las personas de todo el mundo, pero las tormentas violentas, las sequías, las inundaciones y el aumento del nivel del mar tienen consecuencias especialmente devastadoras para las comunidades pobres y, por tanto, más vulnerables. El cambio climático agrava también la crisis del agua que se siente cada vez más en muchos lugares del mundo

Ante este problema, muchos países han tomado medidas reguladoras, pero no suficientes para solucionar dicho problema, ya que el calentamiento global afecta en gran medida a la disminución del agua dulce y potable de La Tierra; quedándose muchos lugares sin abastecimiento de agua y muchos otros inundadas por la subida y desniveles de la marea, ocasionada por el deshielo de los polos.

Las negociaciones para alcanzar un pacto que afronte el cambio climático ignoran asuntos como el agua, la biodiversidad y la tierra. Todo se centra en la energía y las finanzas, que son los únicos intereses de los países ricos.

Según un estudio de la ONG Save the children, los desastres derivados del cambio climático, que abarcan desde sequías a lluvias torrenciales, provocarán que en 2010 haya en todo el mundo 50 millones de desplazados medioambientales, la mayoría de ellos mujeres y niños. Esto sucederá hagamos lo que hagamos de aquí a ese momento. Para ellos tampoco estamos a tiempo.
Pero el ser humano ha sabido cubrir cada espacio del planeta, se ha sabido adaptar a todos los climas y es probable que sobreviva a cualquier cambio en el clima que el futuro nos depare. El punto es que tengamos claro que, de las decisiones que tomemos ahora, dependerá la cantidad de personas que sobrevivan y las condiciones climatológicas en las que ellos deberán existir.
¿Pensaremos individualmente, tratando de disfrutar de nuestra vida lo mas que podamos o aprenderemos a pensar como especie, sacrificando parte de nuestro bienestar por el de nuestros hijos, nietos o quienes los sucedan?.

El planeta desde sus inicios nunca ha dejado de mutar, desde las mas frías eras glaciales, hasta las etapas mas calurosas. Sin embargo estos cambios siempre han sido tan “lentos” que ningún ser vivo hubiera sido capaz de percibirlos.
Todo eso hasta que, hace unos pocos cientos de años, llegó a nuestras sociedades la “Revolución Industrial”. De allí en adelante todos sabemos lo que pasó, el crecimiento de la industria ha sido tan grande y tan veloz que un día nos tomaba meses cruzar el Atlántico y al otro lo hacíamos en 4 o 5 horas. Un día las guerras eran con fusiles y bayonetas y al otro con bombas atómicas, misiles teledirigidos y uranio empobrecido.
Para los millones muertos causados por el Tsunami, el Huracán Katrina, las inundaciones y sequías que van y vienen en todo el mundo. Para los cientos de millones de muertos vivos de los países “en desarrollo” que no comen, que no tienen acceso al agua potable, que no pueden acceder a servicios de salud básicos, para los envenenados por las fumigaciones, por la minería o por las innumerables industrias que beben y contaminan el agua de los pobres para producir bienes de lujo para los ricos. Para ellos ya no estamos a tiempo

En suma, son dichos lugares y países pobres los que sufren más terriblemente estos acontecimientos y que no pueden ni si quiera, prevenir y dar alternativas ante estos hechos. Pues son los grandes y poderosos gobiernos los que monopolizan y dirigen la política internacional, sin importarles los daños que pueden ocasionar. En consecuencia, estos gobiernos son los responsables de la desigualdad social que existe en el planeta hoy en día, como por ejemplo que en muchos sitios del mundo se desperdicie el agua y que en muchos otros no lleguen ni a verla. Pues la pobreza y la falta de infraestructuras, son los causantes de tanto horror y desdichas.

Si consentimos que aquellos países que se definen como potencias mundiales manipulen a su antojo, cómo debe estar organizado el planeta, el mundo seguirá estando mal. Si creemos que esos problemas son ajenos a nosotros y por eso los ignoramos, el mundo seguirá estando mal. Pues tomemos iniciativas y conciencia de que el agua es un bien fundamental e indispensable y que por culpa nuestra disminuye considerablemente. Está en nuestras manos que muchas personas no mueran o pierdan sus casas por una inundación, originada por la subida de la marea y que estas mismas no tengan ni un vaso de agua que llevarse a la boca. No son simples dramatizaciones mías, sino que muchos datos científicos lo contrastan y acentúan como un gran problema del ser humano.

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