Por Abián González Bello
Hoy en día, el agua es un bien natural indispensable para el ser humano, pero en muchos lugares escasea de forma considerable y en muchos otros ni se encuentra.
El cambio climático afecta a las personas de todo el mundo, pero las tormentas violentas, las sequías, las inundaciones y el aumento del nivel del mar tienen consecuencias especialmente devastadoras para las comunidades pobres y, por tanto, más vulnerables. El cambio climático agrava también la crisis del agua que se siente cada vez más en muchos lugares del mundo
Ante este problema, muchos países han tomado medidas reguladoras, pero no suficientes para solucionar dicho problema, ya que el calentamiento global afecta en gran medida a la disminución del agua dulce y potable de La Tierra; quedándose muchos lugares sin abastecimiento de agua y muchos otros inundadas por la subida y desniveles de la marea, ocasionada por el deshielo de los polos.
Las negociaciones para alcanzar un pacto que afronte el cambio climático ignoran asuntos como el agua, la biodiversidad y la tierra. Todo se centra en la energía y las finanzas, que son los únicos intereses de los países ricos.
En suma, son dichos lugares y países pobres los que sufren más terriblemente estos acontecimientos y que no pueden ni si quiera, prevenir y dar alternativas ante estos hechos. Pues son los grandes y poderosos gobiernos los que monopolizan y dirigen la política internacional, sin importarles los daños que pueden ocasionar. En consecuencia, estos gobiernos son los responsables de la desigualdad social que existe en el planeta hoy en día, como por ejemplo que en muchos sitios del mundo se desperdicie el agua y que en muchos otros no lleguen ni a verla. Pues la pobreza y la falta de infraestructuras, son los causantes de tanto horror y desdichas.
Si consentimos que aquellos países que se definen como potencias mundiales manipulen a su antojo, cómo debe estar organizado el planeta, el mundo seguirá estando mal. Si creemos que esos problemas son ajenos a nosotros y por eso los ignoramos, el mundo seguirá estando mal. Pues tomemos iniciativas y conciencia de que el agua es un bien fundamental e indispensable y que por culpa nuestra disminuye considerablemente. Está en nuestras manos que muchas personas no mueran o pierdan sus casas por una inundación, originada por la subida de la marea y que estas mismas no tengan ni un vaso de agua que llevarse a la boca. No son simples dramatizaciones mías, sino que muchos datos científicos lo contrastan y acentúan como un gran problema del ser humano.
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