Por Miguel V. Yanes Martínez
Estoy seguro de que todos los que estáis leyendo este informe habéis oído hablar alguna vez sobre los términos medio ambiente y desarrollo sostenible, pero de lo que no estoy tan seguro es de que tengáis tan claro lo que significan y qué relación tienen con la humanidad hoy en día. Esto es, precisamente, lo que voy a intentar explicaros, y por la misma razón por la que os habéis decidido a empezar a leer esta reflexión, espero que continuéis hasta el final.
No es de extrañar que muchos de ustedes consideren el cambio climático, como un problema que “ya resolverán nuestros gobiernos”. Pues bien, mi deseo es que esa concepción que ustedes poseen cambie al finalizar de leer estas líneas, porque el cambio climático no es un tema que se pueda tomar a la “ligera”.
No hay más que mirar a nuestro alrededor para comprobar que el clima no es lo que era, yo por ejemplo, me acuerdo que por estas fechas (el año pasado) iba todos los días al instituto con la chaqueta y no me separaba de ella hasta llegar a casa, en cambio, este año todavía no la he sacado del armario y sigo utilizando los pantalones cortos.
El causante de este notable cambio en las condiciones climáticas que estamos sufriendo, es el ya conocido efecto invernadero, y este viene dado por la continua emisión de gases perjudiciales, principalmente emitidos al utilizar los combustibles fósiles (que tanta rentabilidad económica dan). Las soluciones a este grave problema no son complejas, sin embargo, somos nosotros los ciudadanos de “a pie” los que tenemos que empezar a cambiar nuestra mentalidad con respecto al medio ambiente, y no esperar a que nuestros dirigentes tomen decisiones drásticas y a destiempo. Un pilar fundamental sería reducir el uso de los combustibles fósiles, por ejemplo, al comprar un producto pensemos en los materiales con lo que está fabricado y lo contaminante que resultan. Si todos nosotros empezáramos consumir productos sensibles con el medio ambiente, no es difícil comprender que las empresas empezarían a fabricar estos productos. Por poner otro ejemplo, cuántas veces utilizamos el coche, con el gasto energético que conlleva, con el único fin de llevar la basura.
Cambiar estos hábitos, quizás no solucionen el problema de raíz, pero seguro que tienen una repercusión el nuestros gobiernos para afrontar este problema con las medidas necesarias, porque solo tenemos un planeta y debemos conservarlo.
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