miércoles, 18 de noviembre de 2009

Un problema global


Por Abian González Bello


Actualmente, el planeta atraviesa uno de los periodos más dramáticos y peligrosos desde que el hombre ha pisado La Tierra. Esto se debe a que la evolución del ser humano se ha preocupado únicamente en beneficiarse a sí mismo, sin prestar la más mínima atención a nuestro entorno. Hoy en día, estamos pagando por ello. La preocupación por lo que pueda suceder el día de mañana va creciendo, al igual que las distintas alternativas que se están tomando para solucionar este gran problema. Sin embargo, no es suficiente, ya que debemos concienciarnos globalmente en cambiar el triste futuro que le espera a La Tierra y a todos los seres vivos que en ella habitan.

Sería de egoísta si dijéramos que solamente nos afecta a nosotros, pero no es así, también afecta en gran manera a este gran sistema del que pertenecemos: La Tierra. Pero no hacemos nada por salvaguardar el planeta, puesto que la mentalidad consumista y materialista que poseemos, nos impide disfrutar de nuestro alrededor, de nuestra fauna y flora. Además de vivir en un mundo capitalista, somos los principales propulsores de una errónea forma de vivir, castigando al medio ambiente por ello.

Sin duda alguna es el hombre el único ser que no ha aportado beneficio alguno a mejorar la naturaleza o a mantenerla estable, desestabilizando la misma hasta llegar al punto que nos encontramos actualmente.

Mientras tanto, el ser humano ha comenzado a crear alternativas para disminuir la contaminación: potenciar medidas alternativas a los combustibles no renovables y contaminantes como son el petróleo, carbón, gases…Entre ellos destaca la energía solar, la biomasa, mareomotriz y diversas energías renovables que mínimamente castigan el medio ambiente. A esto se le suma los planes mundiales de reducción de contaminantes; bien en fábricas en coches, en viviendas, etc.

Aunque el ser humano haya comenzado a combatir el cambio climático, aún no es suficiente. La mentalidad de la población mundial tiene que cambiar y tiene que comenzar a realizar acciones ecológicas, por mínimas que sean, ya que la suma de todas puede llegar a ser muy grande.

La educación ambiental no se define como un campo de estudio sino como un proceso, el cual no es posible enseñar. Sólo se pueden enseñar conceptos relacionados con ella. Además la consideración de otros términos como por ejemplo educación para la naturaleza, también como educación ambiental hace que las definiciones sean erróneas y poco apropiadas. Se establece como su meta u objetivo la educación para el desarrollo sostenible. Aunque no existe una definición universal para este concepto, se podría decir que es “educación sobre cómo continuar el desarrollo al mismo tiempo que se protege, preserva y conserva los sistemas de soporte vital del planeta.

El ambiente está compuesto por varias dimensiones: la natural, la social y la cultural, que se encuentran en interacción permanente y responden a las relaciones que establecen los grupos humanos con los componentes naturales en los cuales se desarrollan sus actividades y sobre los cuales han tejido un entramado cultural particular.

En este marco de ideas es claro como el ambiente debe mirarse, pensarse y reflexionarse a partir de las realidades locales, regionales y/o nacionales, teniendo en cuenta las dinámicas culturales y sociales propias de cada comunidad, con el propósito de que las soluciones planteadas a los problemas ambientales existentes tengan validez, sean viables y sostenibles en el tiempo.

Los más escépticos dicen que el cambio climático es demasiado fantasioso y que el ser humano está atravesando uno de los muchos periodos de calentamiento y glaciaciones que ha pasado el planeta. Pero los datos científicos en los últimos años no apuntan eso. Estos datos describen como la temperatura y las emisiones de gases nocivos en La Tierra han crecido CONSIDERABLEMENTE en los últimos millones de años. Sabemos que existen ciclos de máximas temperaturas y mínimas temperaturas, pero es que actualmente los datos científicos afirman que hemos sobrepasado esos intervalos, estando en un momento peligroso para el planeta y para todos los seres vivos.

Ha de comenzar la política a concienciarnos a todos mediante acciones que los fomenten, es decir, la política mundial ha de mantener una idea en común que nos ayude a combatir definitivamente y sin más preámbulos el cambio climático. Es posible que nosotros no llegaremos a vivirlo pero nuestros descendientes serán los más perjudicados de todos sin tener culpa ninguna. Por ello propongo que lo antes posible se inicie una asignatura en la escolarización ligada al medio ambiente y formas de reducción, reutilización y reciclaje de nuestros recursos naturales.

Se pensaría que con tantas campañas que cada día se promueven en los medios de comunicación, exhortándonos a crear conciencia sobre los cuidados que debemos tener en cuenta para procurar un menor impacto de desequilibrio y desgaste en el Medio Ambiente, te dan opciones a seguir para hacer “la diferencia”, utilizar lo menos posible los recursos, puesto que la sociedad de consumo está en pleno corazón de la crisis, se están llevando a cabo muchas alternativas que minimizarían dicho deterioro. Ahorrar en consumo de energía, de agua, usar menos el auto y caminar más, reciclar el papel, disminuir la tala de bosques,… etc. Todo eso está muy bien y como dicen siempre, los cambios deben empezar por casa y si cada uno aporta su granito de arena, se puede lograr una mejora.

Encontramos organismos como Greenpeace que es una organización ambientalista con más de 30 años (desde 1971) liderando la lucha para proteger nuestro irreemplazable ecosistema, y cuyos estudios nos han dado muestras y testimonios verídicos de la contaminación y la destrucción paulatina pero inminente de nuestro planeta. Se han hecho muchas protestas, muchas marchas, muchas campañas que buscan de alguna manera hacer un llamado a la conciencia de todos los seres humanos para intentar sino detener dicho deterioro, por lo menos no profundizar más en él, o por lo menos no de una forma tan contundente. Reducir el impacto individual ayuda es verdad, pero… que sucede cuando mientras en cada hogar se recicla más y mejor, se disminuye el consumo de recursos, se procura una toma de conciencia a nivel personal y decimos que estamos contribuyendo al mejoramiento de un problema que nos atañe a todos; mientras tanto en el otro lado del mundo, las costumbres de países cuyas creencias o falta de una mayor información, actúan de manera desproporcionada para hacer que la naturaleza y el ecosistema sufra un desequilibrio tal que las medidas tomadas por la otra mitad del planeta sean obsoletas o sencillamente se queden como paños de agua tibia.

Finalmente, nosotros somos los únicos responsables de esta situación, solo nosotros evitaremos que nuestro planeta caiga en un gran desastre que pueda producir daños irreversibles al planeta y por ello, la extinción masiva de la especia humana y de los demás seres vivos que habitan en la tierra.

No hay comentarios:

Publicar un comentario